No se me ocurría otra manera mejor de empezar el blog que con una reseña del primer largometraje animado de un superhéroe:
Batman: La Máscara del Fantasma (Batman: The Animated Movie - Mask of the Phantasm) es un película de 1993 dirigida por Eric Radomski y Bruce W. Timm, siendo este último
responsable también, junto con Paul Dini, de la serie de animación que toma
como referencia esta película. El guión está escrito por Paul Dini,
Alan Burnett, Martin Pasko y Michael Reaves.
La
película nos muestra una Gotham en la que un misterioso personaje encapuchado
llamado Fantasma está asesinando a distintos mafiosos de la ciudad. Mientras El
Caballero Oscuro se encarga de investigar estos crímenes, se produce el regreso
a Gotham de una antigua novia del murciélago. Es entonces cuando Bruce Wayne
rememorará su relación la chica y su conversión en Batman. Mientras tanto Fantasma
sigue asesinando y los señores del crimen que están en su lista harán todo lo
posible para evitar sus muertes, incluyendo pactar con el mayor criminal de
Gotham.
Como
decía, la película está basada en la exitosa serie de animación de Batman, Batman: The Animated Series. Realizada
principalmente por Paul Dini y Bruce Timm, esta serie está inspirada en las dos
películas del personaje realizadas por Tim Burton, por lo que el origen y la
historia de algunos personajes es diferente a los aparecidos en los cómics.
Este hecho queda bastante plasmado en la película, pero a pesar de él, consigue
contarnos una historia bastante creíble sobre el personaje.
La
narración que tiene la película también es digna de mención. Hace uso
continuamente de flashbacks que nos muestran la causa de algunos de los hechos que
tienen lugar en el presente. En estos retrocesos al pasado podemos ver los
inicios de Bruce Wayne como Batman; su búsqueda del símbolo que provoque terror
en los criminales (influyendo claramente en las películas de Christopher Nolan
sobre el personaje); una relación amorosa totalmente creíble de Bruce Wayne con
Andrea Beamount, donde el multimillonario huérfano está a punto de suspender su
cruzada contra el crimen por el amor que le profesa a su chica y los inicios de
uno de los enemigos más importantes del Caballero Oscuro. Estas escenas del
pasado dotan a los personajes de una profundidad que ya quisieran muchas
películas de superhéroes con actores reales tener. Nos muestran una
introspección psicológica en la mente de Batman que hacen que ponga la mano en
el fuego al decir que Christopher Nolan vio Batman: La Máscara del Fantasma para realizar su trilogía sobre el
guardián de Gotham. La escena de Bruce Wayne hablando frente a la tumba de sus
padres es un ejemplo perfecto además de estar realizada de manera totalmente
magistral. Asistimos, aunque no queda del todo bien plasmado en la cinta a
causa de la duración, a un debate en el interior de Bruce Wayne, preguntándose
así mismo si le convine seguir con la vida de vigilante o por el contrario,
entregarse al amor de Andrea Beamount. El desenlace de esta subtrama marcará la
angustia interior presente en Batman durante toda su carrera.
Volviendo
a la trama principal de la película (en mi opinión, las subtramas están
bastante mejor logradas), podemos ver una historia de superhéroes más al uso;
lucha contra el crimen, persecución de la policía, etc. Pero que eso nos
engañe, es totalmente necesario para la película y nos deparará alguna que otra
sorpresa.
Una
de ellas es la aparición del Joker, y El Príncipe Payaso del Crimen, al igual
que en las películas con actores de carne y hueso, se come todas sus escenas,
pasando de ser un personaje secundario a convertirse en un protagonista total
de la película. Querrás ver más. En cuanto desaparezca de plano desearás que
vuelva otra vez con su sonrisa diabólica para ver que tiene planeado hacer con
Batman y compañía. La escena en la que va a visitar a Arthur Reeves no tiene
desperdicio. Y atención a este curioso y singular personaje (no aparece en los
cómics) que también tiene mucho que decir en la película.
La
elección de los actores de doblaje también es más que acertada, todos ellos
pertenecen al elenco de Batman: The Animated Series y cumplen con su papel tan bien en este largometraje (que
por cierto es el primero animado de un superhéroe y el único que se ha
estrenado en la gran pantalla) como en la serie, destacando por supuesto a
Kevin Conroy como Batman, a Dana Delany (que también es Lois Lane en la serie
animada de Superman) como Andrea Beamount y a Mark Hamill (Si, Luke Skywalker
en la trilogía original de Star Wars)
que dobla a un Joker fantástico, el mejor
animado hasta la fecha, aunque John DiMaggio con su Joker
en Batman: Capucha roja (Batman: Under the Red Hood)se le acerca
bastante.
Mención
especial también a la banda sonora. Una música totalmente acorde con los hechos
que suceden en la pantalla compuesta por Shirley Walker. En este aspecto, creo
que es también la única banda sonora de una película animada de superhéroes que
ha salido a la venta. Estad pendientes de la parte que suena en los créditos
iniciales y en la conclusión de la película, que no tiene desperdicio.
En
conclusión, un film fantástico de Batman en el que el señor de la noche
intentará desentrañar el misterio de un asesino enmascarado y su búsqueda de
respuestas le llevará a una de su propio pasado y a una conexión con el
presente que cierran de manera magistral la película. En este hecho, los
guionistas dan su do de pecho narrativo y logran una historia totalmente
convincente de las raíces de Batman.
Como
pega, le pongo su escasa duración, ya que llega únicamente a los 76 minutos y
deja al espectador con ganas de más y con la sensación de que las tramas de la
película hubieran necesitado algo más de tiempo para ser desarrolladas a la
perfección. Aunque ya os digo, no decepciona en ningún momento.