Llevaba mucho
tiempo queriendo ir. Había visto reportajes y me moría de ganas por asistir un
año. Hablo del Salón del Cómic de Barcelona, el más importante de España y uno
de los más importantes de Europa y del mundo.
Este año me enteré
de que dedicarían una exposición a Batman por su 75 aniversario (¡Felicidades
de nuevo, Caballero Oscuro!), así que este era el momento. De modo que me saqué
los billetes para el Talgo, me compré las entradas por internet y me subí al tren
a las 12:55 del miércoles 14 de mayo en la estación de Cartagena. El viaje se
hizo todo lo poco ameno que se puede hacer. Maté el tiempo ignorando los
horrores de películas que pusieron, dando cuenta de los bocadillos y
provisiones para atravesar el Amazonas que me había mandado mi madre, mirándome
mi texto del segundo capítulo del Molinete, escuchando a Lujuria, Saurom y
Dünedain y durmiendo a cachos.
Por fin llegué a
la estación de Barcelona a las 20:39, donde me esperaban unos primos cuartos
pero con los que tengo una excelente relación desde hace años para acogerme en
su casa. Después de un rápido paseo por Barcelona, llegamos a su casa, en Poble
Nou. Allí me instalé lo más rápido que pude, cenamos y me fui a dormir cuanto
antes. Mañana era el día que llevaba esperando tantos años.
Me levanté pronto,
desayuné cagando leches y saqué de mi mochila mis disfraz. Soy incapaz de
asistir a una convención de cómics/manga sin disfrazarme. Sí, tan friki soy.
Este año le tocaba el turno a un disfraz que ya había utilizado en el primer
Salón del Manga de Murcia al que fui: el Espantapájaros de Batman, de la
versión que aparece en las películas de Christopher Nolan. Cogí un autobús que
pasaba justo enfrente de donde tienen la casa mis primos y me dirigí hasta el
32º Salón Internacional del Cómic de Barcelona.
Tengo que decir
que había ido 2 veces al Salón del Manga de Murcia, pero yo soy infinitamente
más de cómics que de manga, a donde va a parar. Pero esto es otro mundo.
El salón del cómic
de Barcelona juega a otro nivel. Está en otra división. Es enorme, joder. Y se
centra en algo tan simple como en lo que le da nombre: en cómics. El Salón del
Manga de Murcia parece el Salón del Merchandising de Murcia. Sólo hay stands de
camisetas y chapas y alguno de manga. Pero esto es al revés. Cientos y cientos
de stands dedicados a cómics: cómics Marvel, cómics DC, cómics Norma, cómics
viejos, cómics nuevos,, cómics Vértice, reedciones, descatalogados, cómics,
cómics, cómics….
Llegué a las 11 de
la mañana y estuve hasta las 8 de la tarde que cerraban y no me dio tiempo a
verlo todo.
Ahí estaba yo,
disfrazado del Espantapájaros y con una falta de 17 pares de ojos más para
verlo todo, que ya era difícil de por sí con la máscara puesta.
Toda la mañana
pasando por los stands de los sabios vendedores de cómics comprando y hablando
con ellos de este noveno y a veces infravalorado arte. Estuve charlando con
muchos pero destacan unos cuántos: Supervázquez Cómics, donde me hice con una
figura de plomo del Joker, de unos coleccionables que salieron en los kioscos
hace unos años; el cómic de La Venganza de Bane, donde se explica el origen del
hombre que derrotó al murciélago, descatalogado; y con la adaptación en cómic
de la primera película de X-Men, también descatalogado. Pero no compré más por
falta de dinero, porque tenían de TODO, literalmente. Sobre todo cómics
descatalogados de todas las editoriales que ya no se encuentran en tiendas
convencionales. Pero con lo que de verdad me quedo es con lo simpáticos que
eran ambos y lo que sabían de cómics.
También compré
Civil War Spiderman en el stand de Universal Cómics. En un principio, iba a por
cómics descatalogados, pero este en concreto era un cómic al que llevaba
persiguiendo bastante tiempo.
En Entenza Cómics
me hice con el volumen 1 completo de Superman/Batman, serie de la que ya tenía
los 5 primeros pero que me vi obligado a interrumpir cuando Planeta DeAgostini
perdió los derechos de publicación de DC en España. Otra tanda más de cómics
descatalogados para la estantería.
Finalmente, en el
stand de un señor con mayor con coleta me hice con la primera edición en España
de Batman: Victoria Oscura, que no está ni traducido al castellano. Ni que
decir tiene que este cómic también está descatalogado. Este hombre no tiene
tienda física, vende sus cómics en ferias y en el mercadillo de San Antonio, en
Barcelona, dónde podréis encontrarle todos los domingos.
El principal
problema que tiene este salón lo tenemos los asistentes, es decir, la mayoría
no tenemos recursos económicos suficientes para comprar todo lo que nos
gustaría, y es que hay tantas cosas…. Yo arrasaría con el salón directamente.
Cómics por todos lados, en todos los stands…. Esto sí que es un salón, cáchilis
en la mar, que diría Superlópez.
En cuanto a las
exposiciones, pues yo que soy un friki acérrimo de Batman que os voy a decir.
Impresionate. La exposición de Batman contaba un pequeño repaso a la historia
de Guardián de Gotham; dibujos originales cedidos por los autores, muchos de
ellos españoles; juguetes, maquetas, bustos, figuras….todo dispuesto en unas
paredes que formaban un cuadrado presidido por el logotipo de Batman sobre roca.
Y es que este
salón del cómic, era el salón de Batman. En el enorme stand de ECC, sus
trabajadores vestían todos con una camiseta conmemorativa a los 75 años del
hombre murciélago y regalaban un helado de Batman por cualquier compra que
hicieras. Por no hablar de la decoración del mismo, que usaba viñetas del cómic
Batman Barcelona: El Caballero del Dragón.
En cuanto a la
exposición de Lobezno, seguía la misma línea que la de Batman. Pero como
Lobezno no es de mis personajes favoritos, no la disfruté tanto como la del
cruzado de la capa. Aunque las viñetas de Lobezno luchando en la Guerra Civil,
no en la de Marvel sino en la española, y los dibujos realizados por mi paisano
Salva Espín eran dignos de verse.
La exposición de
Popeye también merecía un vistazo. De niño, era muy fan del marinero
devoraespinacas, pero conforme me he ido haciendo mayor (aunque no mucho) la he
ido perdiendo, al contrario de lo que me ha pasado con Spiderman, Batman y
compañía…. En esta exposición, algo más pequeña que las otras, encontrábamos
datos curiosos de Popeye (que estaban sacados de Wikipedia, todo hay que
decirlo) así como algunas tiras y carteles de este marino que cumple 85 años.
Pero todas estas
exposiciones se quedan pequeñas al lado de la macroexposición Cómics en Guerra,
que ocupaba un jodido pabellón entero. No sé mucho sobre el tema de la guerra
tratado en cómics (ni en ningún sitio) pero me encantó. Con recreaciones de
batallas y asistentes disfrazados de soldados de distintas épocas.
En este primer día
no paré de ver cómics, exposiciones, sufrir clavadas en precios de comida,
pedir fotos a personas disfrazadas, hacerme fotos con las que me lo pedían a mí,
hacer entrevistas con televisiones de internet, que se lo curran más que las
que emiten en la televisión convencional….pero me faltaron algunas cosas por
ver….por lo que volví al día siguiente.
En la jornada 2
del Salón del Cómic de Barcelona decidí no disfrazarme. La máscara del Dr.Crane
me quita bastante visibilidad y no quería perderme nada. Pude disfrutar más
ojeando los cómics y hablar con la gente sin sufrir la tela de saco en mi cara,
lo que hizo que esta segunda jornada fuera más provechosa. Esta vez el que no
paró de pedir fotos fui yo.
Y nada más, esta
ha sido mi crónica sobre la 32ª edición del Salón del Cómic de Barcelona. No sé
si volveré el año que viene porque aquí la última palabra la tiene mi cartera,
pero volveré.
Eso, seguro.
Lo juro por mi tía Petunia.
Os dejo con una tanda de fotos con cosplayers:
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